Cada historia cuenta.
Cada voz transforma.

Detrás de cada número, hay una persona que encontró apoyo, sanación y fuerza para seguir adelante.

En Busuleba, las juventudes no solo sobreviven: florecen.

Historias de transformación

Yazmín, 19 años

“Tengo depresión mayor y ansiedad. No podía estar con gente, me arrancaba el cabello del estrés. En Busuleba me ayudaron a ser responsable de mis emociones.

En solo cuatro meses, logré reducir mi medicación. Lo que no lograron varios psicólogos en 18 años, aquí sí pasó.

Ya no me siento sola. Aquí aprendí a confiar en mí.”

Jesús Alejandro, 16 años

“Tenía adicciones, depresión, estaba aislado, no comía ni dormía.

Busuleba fue una metamorfosis. Entré como una oruga con problemas y salí con alas.

Sentí amor paternal, supe que no estoy solo y que hay personas como yo allá afuera que también pueden cambiar.”

Melany, 15 años

“Desconfiaba de todo el mundo. Tenía miedo de que me lastimaran. Me decepcionaba incluso de mi familia.

En Busuleba entendí que mis emociones no son malas, que está bien si me enojo o me pongo triste.

Aprendí a confiar otra vez, primero en mí y luego en los demás.”

Alan, 17 años

“Sobrepensaba todo por lo que vivía con mis amistades. Estaba muy afectado.

Una de las sesiones me ayudó a entender cómo funciona el cerebro. Me di cuenta de que no todo lo que pienso es verdad.

Mi proceso en Busuleba fue como subir una montaña: difícil, pero al llegar a la cima, encontré paz conmigo mismo.”

¿Qué tienen en común estas historias?

  • Jóvenes en situación de violencia o abandono
  • Procesos reales, con acompañamiento emocional y comunitario
  • Sanación desde el cuerpo, la emoción, el pensamiento y el vínculo
  • Participación en talleres como Taller Humano, Tu Poder Interior, Idea de Paz, entre otros

¿Tú también quieres ser parte de estas historias?

Tu apoyo transforma. Dona, comparte, acompaña. La próxima historia puede empezar contigo.